Título original:
Radetzkymarsch, 1932
Tapa blanda: 432
páginas
Edición: Alianza
Traducción: Isabel
García Adánez
ISBN: 978-8491818489
Precio: 20,90 €
(ebook 14,24 €)
Puntuación: 8/10
En primer lugar debo agradecer a Masa Crítica,
Babelio y Alianza Editorial el haberme dado la oportunidad de leer este libro con el envío del ejemplar.
La novela se centra en tres generaciones de los Trotta, nobles austríacos, durante el reinado del emperador Francisco José I. De hecho la novela comienza con el abuelo salvándole la vida al emperador durante la batalla de Solferino, lo que le valió una baronía y el reconocimiento de héroe en todo el imperio. El carácter austero y adusto, casi cuadriculado del héroe de solferino es heradado por su hijo el barón, que por óden de su padre no sigue la carrera militar y se hace funcionario, llegando a ser jefe de distrito. A su vez, el hijo de éste es guiado por su padre con mano firme y recta para que dedique su vida a la carrer militar para mayor gloria del imperio y de la memoria de su abuelo.
"Su enigmático retrato se perdía en la sombra de la moldura
del gabinete. La memoría de Carl Joseph se aferraba a aquella imagen
como único y último símbolo que le había legado su larga cadena de
antepasados desconocidos. Él era su heredero. Desde que se había
incorporado al regimiento, se sentía nieto de su abuelo y no hijo de su
padre; es más, era el hijo de su peculiar abuelo."
El teniente Carl Joseph Von Trotta, a diferencia de su padre y de su abuelo, no dispondrá de ese carácter férreo y amante del deber, lo que le llevará a cometer diversos errores que marcarán su destino, que irá parejo al destino del imperio.
Porque esta novela retrata la progresiva decadencia del orden establecido a través de las tres generaciones de los Trotta, que coincidirán en el tiempo con el reinado del emperador, de quién también conoceremos sus reflexiones en los últimos momentos de su larga vida. Veremos cómo a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, fueron cayendo paulatinamente los puntales que sostenían al Imperio austrohúngaro y cómo ello desembocó en el estallido de la Primera Guerra Mundial.
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Francisco José I de Austria, 1905 |
"Los surcos de su rostro eran una pura maraña de maleza en cuyo interior anidaban las décadas."
"Ocultaba su inteligencia tras la ingenuidad: pues no es de recibo que un emperador sea tan listo como sus consejeros."
Retrata muy bien el desgaste del ejército imperial, la desidia, la falta de compromiso y lealtad, la corrupción y la falta de moral y decoro, el vicio generalizado en todos los escalafones... Todo ello escondido bajo la superficie de los vistosos uniformes y las relucientes botas. Soldados a la espera indefinida de la gloria en el campo de batalla, que acallan sus ansiedades entregándose a la bebida y al juego.
"La muerte
flotaba sobre todos ellos y no estaban familiarizados con ella en
absoluto. Habían nacido en tiempos de paz y se habían convertido en
oficiales realizando maniobras y ejercicios pacíficos. Por entonces no
sabían aún que todos y cada uno de ellos, sin excepción, habían de
encontrarse con la muerte unos años más tarde. Por entonces, ninguno de
ellos tuvo el oído lo bastante fino como para percibir las grandes
ruedas de los grandes molinos secretos en los que ya se comenzaba a
moler la Gran Guerra. Blanca paz invernal reinaba en la pequeña
guarnición. Y negra y roja aleteaba la muerte sobre sus cabezas en la
penumbra del cuartito de atrás de la confitería."
También muestra muy bien cómo quien cree a pie juntillas en una idea y una forma de vivir y ver la vida, que le ha sido inculcada desde su más tierna infancia, se resiste a aceptar su obsolescencia. Este hecho se escenifica muy bien en la vida del jefe de distrito, que llega a darse cuenta de cómo cambian las cosas a su alrededor y que aún así la vida sigue su camino. Su vida regida por un orden estricto y establecido al milímetro, se ve abocada a cambios inevitables ante los que él sólo puede comprobar que la vida en el exterior continúa aunque su vida haya perdido para siempre su calculado ritmo.
"Al jefe de distrito le daba la sensación de que ahora el mundo entero
estaba formado por checos: una nación que consideraba díscola, testaruda
y necia, por no decir que los consideraba los inventores del concepto
de nación en sí."
"En tiempos, antes de la Gran Guerra, cuando se dieron los
acontecimientos que recogen estas páginas, aún no era indiferente si una
persona vivía o moría. Cuando alguien era arrancado del rebaño de los
vivos, no aparecía otro al instante para que olvidasen al difunto, sino
que quedaba el hueco donde él faltaba y los testigos cercanos o lejanos
de su desaparición guardaban silencio cada vez que veían ese hueco. Si
el fuego había arrasado una casa de una hilera de una calle, el lugar
del incendio permanecía vacío durante mucho tiempo. Pues los albañiles
trabajaban despacio y a conciencia, y tanto los vecinos de la zona como
quienes pasaban por allí de causalidad recordaban la forma y los muros
de la casa desaparecida al contemplar el espacio vacío. ¡Así era antaño!
Todo lo que crecía requería mucho tiempo para crecer u todo lo que
desaparecía requería mucho tiempo para ser olvidado. Por otro lado, todo
lo que había existido alguna vez había dejado su huella, y, además,
antes se vivía de los recuerdos al igual que ahora se vive de la
capacidad de olvidar deprisa y por completo."
La prosa del escritor es sencilla y directa, pero no carente de belleza y grandes reflexiones, con sus pequeños toques de humor cargados de ironía que logran sacar una sonrisa al lector, cuando los hechos que se cuentan son en su mayoría dramáticos.
La famosa Marcha Radetzky compuesta en 1848 por Johann
Strauss (padre), está representada de forma simbólica a lo largo de toda la novela, como un eco del glorioso pasado del imperio que resuena en el presente como un recuerdo que retrotrae al joven teniente a tiempos, sino más felices, si al menos, menos complicados de su existencia.
Es una novela histórica, pero no abunda en datos y fehas, sino que se vale de las emociones y pensamientos de sus protagonistas para explicar los hechos históricos que se muestran más como un telón de fondo que como escenarios principales.
Aunque no utiliza un lenguaje enrevesado, su lectura ha de hacerse a fuego lento, para poder así paladear todos las ideas y pensamientos de los personajes y así reflexionar sobre ellos. Porque esta forma de narrar la historia hace que parezca que fue el lector el que vivió de primera mano aquellos duros y cruciales momentos.
"Veía el resplandor dorado que brotaba de la procesión y no oía
el oscuro batir de alas de los buitres. Pues ya daban vueltas por
encima del águila bicéfala de la monarquía de los Habsburgo los buitres,
sus fraternales enemigos."
JOSEPH ROTH
Novelista y periodista austríaco de orígen judío. Escribió con técnicas narrativas tradicionales varias
novelas de calidad como Fuga sin fin, La leyenda del santo bebedor, La cripta
de los capuchinos o La rebelión. Su obra más conocida es La marcha Radetzky.
Está considerado, junto con Hermann Broch y Robert Musil,
uno de los mayores escritores centroeuropeos del siglo XX. Formó parte de la
literatura del exilio provocado por el nazismo. Gozó de gran éxito en vida y su
obra fue ampliamente reconocida también de forma póstuma.

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