Título original: You to bakemono ni Naru chichi ga tsurai, 2017
Tapa blanda: 144 páginas
Edición: Fandogamia, 2021
Traducción: Luis Alis
ISBN: 978-84-18419-42-3
Puntuación: 7/10
En primer lugar agradecer a Babelio, Masa Crítica
y a Fandogamia Editorial el envío del ejemplar. El manga está editado en
rústica con sobrecubierta, con un formato manejable, un tamaño de letra algo
pequeño, pero que no dificulta su lectura.
Este manga es el primero que leo en mi vida. El título atrae y repele a partes iguales, pero cuando me dispuse a leerlo intenté quitarme todos los prejuicios que del mismo se estaban formando en mi mente.
Una vez salvados los primero obstáculos a los que me enfrentaba (leer de atrás hacia delante y el orden de lectura de las viñetas y del texto dentro de cada una de ellas), ya me sumergí de lleno dentro de la historia.
En ella conocemos a una joven Mariko, sí porque ésta historia es autobiográfica, que vive en una ciudad japonesa, en una casa en un barrio residencial junto a sus padres y su hermana pequeña. Hasta aquí todo es normal, con la salvedad de que su padre llega borracho como una cuba casi todos los días después del trabajo.
Mariko, aún siendo tan pequeña, es consciente de que eso no está bien y ve cómo la relación entre sus padres va degradándose y cómo su vida familiar va directa al abismo.
No quiero contar mucho más, porque lo interesante es ir descubriendo los acontecimientos que van desencadenando la evolución en la vida de los personajes.
Es una historia dura, e incluso, a veces, cruda, pero yo creo que me la esperaba aún peor, por mis prejuicios iniciales. Sin embargo, la forma de narrar de los asiáticos, me impide empatizar plenamente con sus personajes. Para mí siempre resultan distantes y bastante fríos, aunque no me impide disfrutar de su literatura.
Lo más interesante que se saca de la lectura de este manga es la triste realidad de la vida real en el seno de una familia japonesa media. Con esto no quiero decir que lo que pasa en la familia de Mariko sea la norma en Japón, pero sí ayuda a sacar algunos puntos en común que la imagen que tenemos de ese hermoso país nos impide ver con claridad. Porque el manga toca temas muy candentes y enraizados en la cultura japonesa, y por desgracia en alguna otra más, donde el machismo sigue imperando y la tolerancia con el consumo excesivo de alcohol es vergonzante. También toca temas como el suicidio, las relaciones tóxicas, la adicción al trabajo (típicamente japonesa) y las dudas sobre el futuro a las que se enfrentan todos los jóvenes cuando les toca decidir sobre su futuro.
Tengo que decir que mi primera experiencia lectora con los mangas ha sido bastante
positiva, pues he descubierto un nuevo género al que puedo acudir de vez
en cuando en busca de nuevas historias.
MARIKO KIKUCHI
Mangaka japonesa |
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