Título original: Miris kise na Balkanu, 1986
Tapa blanda: 603 páginas
Edición: Funambulista, 2019
Traducción: Goran G. Gallarza Cacic
ISBN: 978-84-948104-6-6
Puntuación: 8/10
En primer lugar agradecer a Babelio, Masa Crítica y a la editorial Funambulista el envío del ejemplar. La novela está editada en rústica con solapas, con un formato manejable, un tamaño de letra aceptable, muy agradable al tacto y cómodo para su lectura.
Esta novela supone el punto de partida de una saga en la que la autora nos irá relatando las vidas de su madre Blanki Salom y sus hermanos. Hará especial hincapié en la vida de sus cuatro hermanas, aunque también nos dará pinceladas de la vida de sus dos hermanos.
La vida de estas hermanas, descendientes de aquellos judíos sefardíes que, expulsados de su tierra española, recalaron en diversas zonas de los Balcanes, estuvo muy influenciada por las costumbres que sus antepasados mantuvieron vivas a lo largo de los siglos y a través de la distancia.
La historia la conoceremos, durante la mayor parte de la narración, a través de los ojos de la madre de la autora, Blanki, aunque irá alternándola con capítulos centrados en las vivencias de algunos de sus hermanos, en especial de la hermana pequeña Riki Salom, famosa bailarina de ballet que vió protamente truncada su carrera por una enfermedad.
"En arte hay que mirar siempre al frente, y nosotros, amigo
mío, parece que tengamos los ojos en la nuca, aquí todavía se piensa que
la danza es cuestión de intelecto... Nadie comprende que las olas del
ritmo son fervor y emoción, el sentimiento más puro que, solamente al
llegar al escenario, se convierte en una visión plástica. El ballet no
es un esquema, no es una alegoría. Es la urdimbre de la música
entretejida con la de los cuerpos en movimiento."
Acompañaremos a la familia a través de la primera mitad del siglo XX, viviremos junto a ellas la Primera Guerra Mundial, que pasará de puntillas por sus jóvenes vidas; seremos testigos de su despertar a la vida adulta en el período de entreguerras, para finalmente vivir de lleno los estragos que la Segunda Guerra Mundial causó en sus vidas, especialmente por el hecho de ser de origen judío.
" -La paz- comenzó Buka- son tiempos, buenos o malos, que dependen de las pequeñas vivencias diarias de cada uno. Cuando hay paz, la vida se da por sentada. También hay muerte, desde luego, pero viene de forma natural, y después se reza un kaddish, se publica una esquela en el periódico y se celebra un funeral. Esos son los buenos tiempos de la paz, cuando hay tiempo para quejarse."
"Vivían el tiempo de la debacle. Antes de estallar la guerra, existía algún tipo de orden en la extraña y enmarañada mezcolanza de esos cuatro pueblos apiñados en aquella tierra conocidos con el nombre de bosnios. Celebraban distintas fiestas, comían distinta comida, festejaban y ayunaban en distintas fechas, pero dependían siempre los unos de los otros, aunque sin llegar nunca a admitirlo. Coexistían con un eterno y latente sentimiento de odio y al mismo tiempo se sentían ligados entre sí."
Pero no todo van a ser desgracias en la vida de estas hermanas, también viviremos con ellas sus triunfos como mujeres avanzadas a su época que viajaron, se enamoraron, vivieron con sus parejas sin estar casadas y fueron dueñas de prósperos negocios.
Eran de origen humilde, pero su tesón y ganas de trabajar junto con su arrojo y valentía, las llevaron a triunfar en variados campos. La hermana mayor, Laura Papo, conocida como Buka, fue una reconocida escritora y estudiosa de la comunidad sefardí; la segunda, Nina fue dueña de una próspera sombrerería y se casó, con un serbio de confesión cristiano ortodoxo, algo impensable en la época; la tercera, Klara, también se casó con un serbio católico, era muy independiente y fue una trabajadora y viajera incansable; Blanki, vivió un apasionado y tempestuoso romance con Marko Korac, empresario de éxito de releigión cristiana ortodoxa, con el que compartió su vida sin estar casados, todo un escándalo en aquellos tiempos; y por último Riki, de la que ya he comentado que fue una bailarina excepcional y que vivió una vida bohemia, libre y sin ataduras.
"Aunque a veces tenga ráfagas de optimismo, como hace un rato, nunca pierdo conciencia de la imperfección del mundo. No alcanzo a ver sino una ínfima parte del futuro, pero siempre está sumido en las nieblas de ese pasado que tanto me gusta evocar. Me rindo a la grandeza de la Historia. ¿Qué somos los individuos, sino penosos parásitos de nuestra propia ruin existencia?. Nuestra estrechez de miras nos oculta lo que realmente importa, los cauces históricos de la humanidad. Nuestras vidas pasan, dormitamos estancados en lo cotidiano, y nevesitamos una conmoción como ésta para despertarnos, para sacudir la hojarasca acumulada en el fluir de la Historia. Ningún episodio puede aislarse, la Historia es un relato que dura eternamente."
"-La paz es como la salud- dijo, recordando la comparación de Milos-. Vivimos repantingados, distraídos por las miles de pequeñas preocupaciones diarias, mientras la paz nos acaricia suavemente la espalda, sin que nos demos cuenta. Lo mismo pasa con la salud: cuando gozamos de ella, abundante y espléndida, en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, nos parece que así será siempre. Hasta que llega el primer dolor o la primera bomba, y entonces, presos de horror, nos damos cuenta de lo que hemos perdido. La vida cambia en su esencia: las frágiles ramitas de la paz o la salud, que considerábamos como pilares y vigas de nuestra vida, comienzan a quebrarse y a ceder, pero entonces ya es tarde, y solo nos queda, pasmados y descarriados, preguntarnos cómo pudimos ser tan ciegos, tan estúpidos, para no haber apreciado, cuidado y disfrutado de todos aquellos buenos momentos."
GORDANA KUIC
Novelista serbia perteneciente a una familia de judíos sefardíes, cuyas obras se inspiran en la vida de su madre Blanki y sus tres tías. Su primera novela El olor de la lluvia en los Balcanes fue todo un éxito que ha sido adaptada a ballet, obra de teatro y serie de televisión.
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