Este libro lleva el sello indiscutible de su autor, Eduardo Mendoza, uno de mis escritores favoritos.
Galardonado con el Premio Planeta 2010 nos cuenta la historia de un inglés experto en arte del siglo de oro español y sobre todo en Velázquez, Anthony Whitelands, que llega al Madrid convulso del año 1936 con la finalidad de tasar un cuadro perteneciente a un aristócrata. En principio su trabajo parece fácil pero nada más alejado de la realidad, ya que se ve envuelto en una trama política que le llevará a conocer a importantes personajes del momento como José Antonio Primo de Rivera y a vivir aventuras no siempre muy agradables.
En este caso mi debilidad por la maestría léxica y cómica de este maravilloso escritor me lleva a disfrutar enormemente con su lectura.
Leyéndolo me he imaginado, que si yo hubiese estado en el jurado del Premio Planeta, al que llegan las novelas bajo seudónimo, me habría dado cuenta de que estaba escrita por él. Aunque se nota que intenta esconder, por decirlo de alguna manera, su estilo para hacerlo un poco más serio, se nota siempre su vis cómica, poniendo nombres ridículos a los personajes o usando palabras "grotescas".
Eduardo Mendoza es un maestro en la parodia de la novela negra, lo que se puede observar en su trilogía compuesta por "El misterio de la cripta embrujada", "El laberinto de las aceitunas" y "La aventura del tocador de señoras". Así que si tienes ganas de disfrutar de verdad y reirte a carcajadas leyendo un libro, recomiendo la lectura de algún libro de esta genial escritor.
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