Título original: La
morte della farfalla, 2016
Tapa blanda: 104
páginas
Edición: GATOPARDO
Traducción: Teresa
Clavel
ISBN: 978-8494642531
Precio: 14,20 €
(ebook 7,59 €)
Puntuación: 7/10
Hace tiempo que tenía curiosidad por conocer más sobre la relación
entre Francis Scott Fitzgerald y su esposa Zelda Sayre y sus vidas, y gracias a Masa
Crítica, Babelio y Gatopardo Ediciones he podido adentrarme en ella.
Ante todo indicar que la edición es preciosa y muy cómoda para su lectura.
Casi todo amante de la literatura conoce a Fitzgerald como el autor
de El gran Gatsby, su obra más conocida. Sabemos que en su obra plasmó
parte de su vida en común con su esposa, y que dotó a muchos de sus personajes femeninos con parte del encanto que ella desprendía. Sobre Zelda sabemos mucho menos, y gracias a
obras como esta, en la que se nos muestra a ambos y cómo fue su
relación, podemos ver el todo y comprenderlos mejor.
Este libro no es una biografía al uso. No se limita a contarnos la vida de Fitzgerald o de Zelda, sino que nos relata también la biografia de su relación. La relación de amor, atracción, fascinación e incluso a veces de odio que mantuvieron a lo largo de su vida.
Él, de origen humilde, obsesionado con gustar a los demás y con ser un triunfador; ella, una niña mimada y consentida, adorada por todos pero con un abismo interior pugnando por salir y devorarla. Dos caras de una misma moneda. Dos hermosas criaturas que brillaban con luz propia, causaban sensación y eran adoradas por todos.
"De ese modo, el arte de gustar no tardó en transformarse para él en una terrible obsesión."
Cuando se conocieron, Fitzgerald quedó prendado de Zelda inmediatamente, de su manera de moverse por el mundo, cual mariposa, bella, cautivadora, efímera. Zelda quedó embriagada por él, por su prometedor futuro, por las cartas que le enviaba y los regalos con los que la colmaba.
El comienzo del éxito de Francis como escritor y su matrimonio con Zelda fueron juntos de la mano. Todo era maravilloso, eran la pareja más adorada y envidiada. En los locos años veinte, ellos encarnaban el ideal. Eran guapos y famosos, embelesaban a todo el mundo, gastaban dinero a espuertas y eran los invitados estrella de todas las fiestas.
El desenfreno, el despilfarro y las deudas, los llevaron a emigrar a Europa con el fin de continuar con su ritmo de vida en lugares más económicos pero llenos de glamour.
Fitzgerald escribía un cuento tras otro por la necesidad imperiosa de dinero. Ese dinero que duraba tan poco en sus manos pero que era tan necesario para poder vivir la vida que siempre había deseado y que Zelda requería.
Pero pronto la felicidad en la que creían que iban a vivir eternamente se vio truncada. Los desecuentros, las peleas y el hastío hicieron mella en su relación. Zelda comenzó a obsesionarse con el baile, hasta tal punto, que desencadenó una enfermedad mental latente, la esquizofrenia. Fitzgerald aumentó su consumo de alcohol, hasta el punto de ponerse en evidencia en público y de creer que si no bebía era incapaz de escribir.
"Pero fue precisamente Fitzgerald quien comprendió a su mujer como
nadie, el que pronunció las palabras acertadas. El 7 de diciembre de
1940, unos días antes de morir, le escribió a su hija: Los enfermos
mentales son simples invitados en la tierra, eternos extranjeros que
llevan consigo decálogos rotos que no saben leer."
Esto marcó el comienzo de la entrada y salida de Zelda de hospitales psiquiátricos. Ella acabó apoyándose en la escritura, y lo que escribía generaba interés, por lo que Fitzgeral, celoso, intentó evitar que sus escritos vieran la luz.
"Fitzgerald se consideraba un artista enormemente frágil. Como
único tesoro, poseía el material de su propia existencia: había olvidado
que su don era la capacidad que tenía de metamorfosearse, la única que
salva a un escritor. Él creía que si Zelda escribía también sobre su
vida en común, era como si lo desposeyera, le usurpara algo, lo
despojara y lo redujese a la impotencia..."
El declive al que habían llegado los distanció aún más, acabando sus días separados y siendo la sombra de lo que fueron.
"Acerca de esa historia de amor, no estoy seguro de nada. Como le dijo
Jozan a Nancy Milford, los Fitzgerald eran ambos mitómanos y mentirosos:
Aquel par necesitaba el drama, los dos lo inventaban y tal vez eran
víctimas de su inestable y un tanto morbosa imaginación."
Pietro Citati consigue en poco más de cien páginas, a través de pinceladas y de una forma casi poética, cautivarnos con la historia mítica del auge y caída en desgracia de esta enigmática y arrolladora pareja.
Para los admiradores de la obra de Fitzgerald y para los interesados en conocer más sobre su vida es una lectura imprescindible. Y para los que no lo sean o desconozcan a este grande de la literatura, con la lectura de esta magnífica biografía, conseguirán adentrarse en su mundo y que les entren ganas de leer algunos de sus escritos.
En mi caso, me han entrado ganas de leer algunos de los cuentos de Fitzgerald, Reservame el vals de Zelda y La vida breve de Katherine Mansfield de Pietro Citati.
Se me acumula el trabajo! 😅
Escritor y crítico literario italiano autor de espléndidas biografías con las que ha contribuido a la renovación del género.
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